El amor de un Padre!!

Mike Furches aprendió desde muy temprano que no podía confiar en nadie para que cuidara de él.

Cuando tenía menos de un año de edad, su padre murió en un accidente. Sólo dos años más tarde, su primer padrastro falleció en otro accidente. A la edad de seis años, sufrió el abuso sexual de un primo que sabía bien que no podría acudir en busca de ayuda al violento tercer esposo de su madre. Después, cuando estaba en segundo grado, su madre volvió a casarse, y las furiosas borracheras de su padrastro atormentaban cada día la vida de la familia. Antes de los diez años, Mike había renunciado a la esperanza de experimentar algún día lo que era el amor de un padre. "Llegué a la conclusión de que cualquiera que fuera bueno conmigo, sólo estaba tratando de satisfacer sus propias necesidades", recuerda.

Estando en octavo grado, Mike abandonó su hogar para escapar del maltrato, y se unió a una pandilla que consumía drogas y estaba metida en el ocultismo. Fue atraído particularmente a estas actividades como una manera de expresar la ira que sentía contra el Dios de la iglesia de sus abuelos, un lugar que él siempre había detestado. "Odiaba terriblemente al cristianismo", recuerda. "Parte del maltrato que experimenté vino de personas que decían ser cristianas. Había personas en la iglesia que sabían que yo no estaba viviendo en mi casa, y que, en realidad, no tenía un lugar donde estar. Pero ellas no hicieron nada por ayudarme".

Sin embargo, cuando Mike vio un afiche anunciando que el pastor David Wilkerson (autor del libro Después de la cruz y el puñal) vendría a hablar en una universidad local, se sintió impulsado a ir. No tenía interés en escuchar a un predicador hablar de Dios, pero sabía que Wilkerson era famoso por su trabajo con los Mau Mau, la pandilla más peligrosa de Nueva York. En la ciudad de Mike, Johnson City, Tennessee, Wilkerson probablemente era lo más cerca que Mike o sus amigos llegarían a estar de una pandilla de una ciudad verdaderamente grande, y él no tenía ninguna intención de perder la oportunidad.

Dejado solo

Durante el evento, los adolescentes hicieron tanta algarabía y fueron tan irrespetuosos, que Wilkerson tuvo que interrumpir su charla para reprenderlos. Pero, mientras el pastor seguía hablando del amor de Jesús y de su decisión de sufrir y sacrificarse por nosotros, Mike comenzó a prestar atención como nunca había hecho en un servicio de la iglesia. Por primera vez en su vida, oyó a alguien reconocer que los cristianos no eran perfectos, pero que si alguien quería conocer a Dios tenía que mirar la persona de Jesucristo. Por primera vez, Mike se encontró deseando darle a este Jesús una oportunidad. "Me di cuenta de que mi crítica del cristianismo estaba dirigida a las personas equivocadas. A lo largo de toda mi vida, mi problema había sido la falta de amor", dice. "Y ahora había comprendido que la única manera como podría jamás encontrar amor, era a través de Cristo".

Por sentirse demasiado avergonzado para responder al llamado a pasar adelante, decidió regresar solo el día siguiente de la cruzada de Wilkerson. Esa noche pasó al frente para pedir a Cristo que viniera a su vida y la cambiara. Dio su nombre y su dirección a un consejero de oración, y se fue a su casa lleno de esperanza, esperando con impaciencia la visita de seguimiento que le dijeron que recibiría en breve.

Incluso encontró el valor para contar a sus amigos su decisión. Como era de esperar, estaban confundidos. "¿Esto significa que ya no te vas a drogar más con nosotros?" le preguntó uno de ellos. Pero Mike tomó la pregunta con seriedad. Le parece increíble ahora, pero no tenía entonces ningún ejemplo de cómo tenía que vivir un cristiano. Por eso, sinceramente, no tenía idea de cómo debía responder la pregunta de su amigo. ¿Ser cristiano significaba que debía dejar de drogarse? ¿Y qué del sexo?

Después de pensarlo durante un largo minuto, Mike decidió finalmente que no habría ningún problema con las drogas, ya que no estaba dañando a nadie si se drogaba. De modo que siguió drogándose con sus amigos, no sólo ese día, sino que durante varios años más siguió con el mismo estilo de vida. Creía lo que había oído acerca del amor de Dios, pero no sabía nada de lo que significaba seguir a Cristo realmente. Y esa visita de seguimiento que le prometieron, jamás llegó. La orientación espiritual que había esperado recibir de la iglesia —de un padre o mentor espiritual que lo enseñara— nunca se materializó.

Una nueva forma de proclamación

Ahora, al dar una mirada al pasado, Mike no está tan molesto por los maltratos o el abandono que experimentó de su familia, como lo está por la indiferencia de la iglesia. "Toda mi vida había vivido en el gueto", dice. "Y el amor de Jesús se mantiene en la oscuridad en esos lugares, porque no hay suficiente "luz" [voluntad] de llevar el mensaje allí". Incluso hoy, muy pocas iglesias ministran en las zonas céntricas y degradadas de las ciudades, como la de la ciudad donde creció Mike. "Los cristianos están tan ocupados encendiendo sus luces a pleno sol en Florida", dice, "que no se dan cuenta de que necesitan ir a los lugares donde hay oscuridad".

Allí es donde Mike está decidido a llevar la luz de Cristo. Su deseo es asegurarse de que los nuevos creyentes reciban seguimiento después de su conversión. Fue esa pasión la que lo llevó a crear una nueva clase de ministerio: una iglesia para las personas que no se sienten cómodas en una iglesia. Hoy en día, es el pastor de una comunidad espiritual en Wichita, Kansas, que busca alcanzar a las personas que nunca han sido parte de una iglesia, o que han renunciado al cristianismo después de tener una experiencia negativa. Pero Mike quería llegar aun más lejos —más allá de su ciudad.

Comenzó a investigar acerca de las personas que estaban buscando a Dios en la Internet. ¿Quién estaba interesado en ellos, o quienes estaban dando seguimiento a quienes habían descubierto a Cristo por sí mismos? Fue así como nació www.TheVirtualPew.com, una singular comunidad en línea. Comenzó como una página de red social en MySpace. En pocas semanas, 300 personas habían puesto ya sus perfiles en la página, indicando que querían mantenerse conectados. Hoy hay más de 2.000 personas que leen los sermones de Mike, que le hacen preguntas y que actúan regularmente a través de tablón de anuncios en el sitio web VirtualPew. "Las personas realmente entablan conversaciones allí; hay un verdadero ministerio", dice el pastor. Y todo el mundo es bienvenido; Mike se siente igualmente cómodo compartiendo con el miembro de una pandilla o con una prostituta, al igual que con un banquero o un abogado.

"Es una atmósfera no condenatoria", escribe un miembro. "El sitio Virtual Pew incluye a ateos, a interesados en asuntos espirituales y a creyentes maduros. Cosas de que nunca había oído hablar en una iglesia tradicional son discutidas abierta y honestamente por personas que, de no ser así, nunca se acercarían a una iglesia".

Otro miembro dice: "Yo siempre había pensado que había algo malo en mí porque no era como todos los otros cristianos. Tal vez esto tenía que ver algo con mi incomodidad en la iglesia. Pero el encontrar a otros que están fuera de la norma, me hizo sentir a mis anchas de inmediato".

Mike sabe qué se siente ser distinto a lo que las iglesias esperan, y entiende lo que necesitan los miembros de Virtual Pew cuando luchan con traumas emocionales y con una vida que tiene heridas profundas. Él no sólo es un consejero facultado con experiencia en rehabilitación de salud mental, sino que también ha experimentado mucho del sufrimiento que numerosas personas están enfrentando. "Cuando se trabaja con personas heridas", dice, "tenemos que amar incondicionalmente".

Uno pensaría que alguien que ha experimentado tan poco amor en su vida, jamás podría ser un padre espiritual para tantos. Pero la falta de amor que hubo en la niñez de Mike ya no lo consume. "He descubierto el poder de perdonar a las personas que me han herido", dice. "A veces, me golpeo a mí mismo, pero el poder de Dios es más grande que mi debilidad o mi dolor".

Ésa es la fortaleza que le da a Mike el valor para ser "un papá espiritual" para tantos. "A pesar de ser yo un hijo que no tuvo un papá, he experimentado lo que es el amor del Padre. Y tengo [ahora] dos hijos maravillosos que nunca han experimentado el dolor que yo viví cuando era un niño–¡es que Dios sigue haciendo milagros! El amor y la compasión que he encontrado en Cristo por más de 25 años, es mi esperanza".

by Lisa Baker