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sábado, 19 de junio de 2010

Father's Day Video Para todos lo Padres Feliz Dia!



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El padre amaba ese auto

Una familia había comprado un carro lujoso. El padre amaba ese auto.

Llegando a una gasolinera los padres bajan y dejan al niño de 3 años en el auto, cerrando las puertas…el niño, encontró un marcador y comenzó a escribir en todo aquel tapizado, con un gran entusiasmo y amor. Al regresar, el padre enfurecido, comenzó a golpear al niño en sus manos con mucha fuerza…hasta que tuvieron que sacarle al niño estaba muy maltratado y tuvieron que llevarlo al hospital.

En el hospital, les notifican que sus manos habían quedado lisiadas por la golpiza. Encontrando al padre en la habitación envuelto en làgrimas…el niño le dice sonriente…¡¡Hola papi…ya aprendí la lección…no lo voy hacer mas papi…¡ ¡Pero por favor que me compongan mis manitas! !El padre salió de aquella habitación muy triste. Aquello marco su vida para siempre.

REFLEXION: Por qué le damos tanta importancia las cosas materiales al grado de lastimar a nuestros seres queridos? ¡¡¡QUE GRANDE ESTUPIDEZ!!! ”Un día nací, un día moriré , y nada me llevaré, pero ¿estoy realmente viviendo?” “Una casa está hecha de roca y madera, un hogar…de amor y entrega”.

A veces descuidamos la relación de familia por cosas materiales. No olvidemos que primero están las personas.

Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Genésis 12:3.

Se levanta aùn de noche Y da comida a su familia Y ración a sus hijos. Proverbios 31:5.

Gracias a Renuevo de Plenitud
Puedes encontrar mas reflexiones aqui :
http://www.renuevodeplenitud.com/papi-devuelveme-mis-manitas.html
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domingo, 23 de mayo de 2010

Bastate en mi Gracia!


Bastate en mi Gracias!

“Con mi Dios asaltaré muros” (Salmo 18:29).

“¿Eres un ángel?”, la preguntaron. ¡La cara radiante, la tranquila santidad, y la evidente presencia de Dios con ella confundiría a cualquiera! No, no era un ángel, sino una mujer de Dios en gozosa sumisión a su voluntad, aunque en su caso implicaba aceptar una forma agresiva de cáncer como venida de Su mano. Hay paz en aceptar la voluntad de Dios, la sonrisa que siempre llena su cara da evidencia de ello. Estar con ella es estar con el Señor; una experiencia que te deja cambiado, más cerca de Dios y más lejos de este mundo.

Ella entra en la clínica para su habitual tratamiento. La enfermera la ve y se levanta, exclama su nombre y corre hacia ella, dándole un gran abrazo. Los demás pacientes piensan que es un familiar, pero ella les explica que no, que es otra enferma como ellos, con la misma enfermedad. El equipo médico está emocionado con ella; saben Quién va con ella.

Cuenta que en una ocasión vio a una mujer llorando y sintió que el Señor quería que hablase con ella, pero le dio corte. “No la conozco”, pensó. “¿Cómo voy a acercarme a un extraño y empezar una conversación? Esto no se hace”. Pero la Voz insistía. Así que se acercó a la otra mujer y le dijo: “¿Quiere saber porque yo no estoy llorando?” e inmediatamente captó su atención mientras explicó su testimonio. Debido a la gran sonrisa que ocupa la mayor parte de su cara, la gente le pregunta qué tiene, y ella puede decirle que tiene un Dios muy grande que tiene su vida en sus manos. Él le dio la vida y Él se la quitará cuando quiere, y esto le hace feliz.

Hace dos años los médicos le dieron dos meses de vida. Dicen que es un milagro. Pero esto solo es la mitad del milagro. La otra mitad es que ella sola está llevando un centro de retiros, haciendo el trabajo que antes hacían cinco mujeres, programando campamientos, produciendo materiales, organizando la cocina, la limpieza de los edificios, el cuidado del jardín, el trabajo de despacho, dando transporte, charlas, y discipulados con mujeres, ¡cuando no está con el médico! Que una persona lleve todo esto es imposible, pero lo está haciendo. El Señor le mandó a un grupo de jóvenes que arreglaron el jardín, a tres hermanas preciosas que llamaron diciendo que cocinarían por los dos próximos campamientos. Otros ofrecen su ayuda con el trabajo de oficina, con la música, la limpieza, las compras. El Señor está llevando Su centro por medio de una mujer que debería estar muerta, sola, haciendo el trabajo de un equipo, y se ve a las claras que esta es una obra de Dios.

Cuando le preguntas cómo puede manejar todo esto, te mira con la acostumbrada sonrisa y ve más allá de tus ojos. Con el puño alzado al Cielo dice: “Para mi Dios lo haré”. Esta es su determinada entrega al Dios que ama. Por su Dios, para Él y por medio de su sobrenatural poder está haciendo lo imposible. Añade: “Él lo vale”.

El Señor me ha dicho: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Cor. 12:9).
Fuente: por Nelly C.

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martes, 4 de mayo de 2010

¿Qué le enseñarías a tus hijos?


Que aprendan que lo más valioso no es lo que tienen en sus vidas, sino a quien tienen en sus vidas.
Que aprendan que no es bueno compararse con los demás porque siempre habrá alguien mejor o peor que ellos.
Que aprendan que no pueden hacer que alguien los ame, lo que pueden hacer es dejarse amar.
Que aprendan que "rico" no es el que más tiene, sino el que menos necesita.
Que aprendan que deben controlar sus actitudes o sus actitudes los controlarán.
Que aprendan que hay gente que los quiere mucho, pero que simplemente no saben cómo demostrarlo.
Que aprendan que los grandes sueños no requieren de grandes alas sino de un tren de aterrizaje para lograrlos.
Que aprendan que no siempre es suficiente ser perdonados por otros, algunas veces deben perdonarse a sí mismos.
Que aprendan que la felicidad no es cuestión de suerte sino producto de decisiones.
Que aprendan que dos personas pueden mirar una misma cosa y ver algo totalmente diferente.
Que aprendan que, al retener a la fuerza a las personas que aman, las alejan más rápidamente de ellos y, al dejarlas ir, las tienen para siempre a su lado.
Que aprendan que amar y querer no son sinónimos sino antónimos: el quererlo exige todo, el amar lo entrega todo.
Que aprendan que toma años construir la confianza y sólo segundos destruirla.

Lo que tenemos que aprender para enseñarles a nuestros hijos.!
O ya lo sabes todo?

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jueves, 29 de abril de 2010

Un Error muy Sutil

UN ERROR MUY SUTIL



“Porque no tenemos guerra contra carne y sangre, sin contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo” (Ef. 6:12).


Es un error sutil, pero terrible en sus consecuencias, pensar que nosotros vencemos al enemigo debido a nuestro esfuerzo en la oración, o en reclamar las promesas de Dios, o por medio de ayunos, o por nuestra fe, o por nuestra perseverancia, o por nuestra justicia, o por medio de cualquier otra acción que tomamos en cuanto a él.

Igualmente es un error garrafal pensar que no estamos en guerra. El creyente que ignora la guerra en que se encuentra está viviendo muy lejos de Dios. El mundo está por comerle con sus filosofías y su inmoralidad, y el engaño de la falsa doctrina está al acecho. En su caso, el error sería pensar que el diablo ya no se mete con nosotros, que no hay tal guerra, que podemos vivir tranquilos, porque ya está vencido. Hay iglesias que menosprecian la guerra espiritual como si fuese una idea de ciertas denominaciones extremistas. Si no sabes por donde el enemigo te está atacando, pide al Señor que te muestre dónde está la batalla en tu vida.

La verdad es que estamos en guerra y que la victoria ya fue ganada en el Calvario a favor nuestro; no obstante, hemos de emplear todas las tácticas antes mencionadas, para hacerla patente en nuestra vida, pero estas tácticas no nos conceden la victoria, porque ya la tenemos. Lo que hacen es hacerla realidad en nuestra vida. Nunca podemos jactar que hemos ganado la victoria porque hicimos esto o aquello. ¡Esto sería caer en la trampa del orgullo espiritual y así perder otra batalla aún más importante! Ganamos porque Jesús venció en nuestro lugar en el Calvario y por fe, hemos entrado en su victoria.


El diablo no es honesto. No es un caballero que retrocede porque reconoce que ha perdido. Solo suelta lo que tiene en la mano si el Señor Jesús, por medio de nuestra boca, le manda a retirarse.

No somos Abraham en guerra para librar a Lot (Gen. 14), ni David en contra de Goliat (1 Sam. 17), ni el ejército de David al rescate de los familiares llevados cautivos (1 Sam. 30). Jesús es nuestro Abraham y David. Él rescató en el Calvario a los hijos de Dios llevados cautivos. Nuestro papel es bien diferente y también bien difícil: es insistir con el enemigo que suelte lo que perdió en el Calvario y resistir hasta que lo haga, porque la victoria ya la tenemos y es imposible que él gane. El tiempo cuando se manifiesta esta victoria ya ganada en la vida de los nuestros depende de Dios, no del diablo.


Padre amado, Jesús me ganó la victoria. Ya la tengo. Alabo y bendigo al que la ganó por mí. Cuando se manifieste en el tiempo depende de ti. Mientras tanto, resisto al enemigo, firme en la victoria que ya es mía. ¡Amén!
enviado por: Nellys Castillo



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lunes, 26 de abril de 2010

Fotos muy interesantes desde Jerusalem El sepulcro virtual!

MUY INTERESANTE

Las primeras fotografías son del exterior de la basílica.

En la 1ª de ellas un poquito en alto y a la derecha de la pantalla como si fuese una vidriera es el monte Calvario.
Una vez en el interior rodearás el exterior donde se encuentra el sepulcro que es donde se hacen las colas para entrar.
Cuando estés rodeándolo bajarás a unas salas donde existen otras tumbas que señalan el nivel de la basílica primitiva donde estaba el sepulcro realmente.
Terminarás de nuevo en la parte superior para introducirte en el sepulcro que verás perfectamente.
Pásalo bien y lo verás mejor que habiendo ido, sin aglomeraciones y con mucha luz.

PINCHA AQUÍ
http://www.360tr.com/kudus/kiyamet_eng/index.html


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jueves, 22 de abril de 2010

Para los que somos Padres y para los que algun dia lo seran! CARTA A UN HIJO

CARTA A UN HIJO

Con cariño... para los que somos padres y para los que algún día lo serán...


Era una mañana como cualquier otra. Yo, como muchas veces, me hallaba de mal humor.

Te regañé porque te estabas tardando demasiado en desayunar, te grité porque no parabas de jugar con los cubiertos y te reprendí porque masticabas con la boca abierta.

Comenzaste a refunfuñar y entonces derramaste la leche sobre tu ropa. Furioso te levanté por el cabello y te empujé violentamente para que fueras a cambiarte de inmediato.

Camino a la escuela no hablaste. Sentado en el asiento del auto llevabas la mirada perdida. Te despediste de mi tímidamente y yo sólo te advertí que no te portaras mal. Ni aun te dije TE AMO!.

Por la tarde, cuando regresé a casa después de un día de mucho trabajo, te encontré jugando en el jardín. Llevabas puestos tus pantalones nuevos y estabas sucio y mojado.

Frente a tus amiguitos te dije que debías cuidar la ropa y los zapatos; que parecía no interesarte mucho el sacrificio de tus padres para vestirte. Te hice entrar a la casa para que te cambiaras de ropa y mientras marchabas delante de mi te indiqué que caminaras erguido.

Más tarde continuaste haciendo ruido y corriendo por toda la casa. Mas no podia ver con calma mi programa favorito de la TV.

A la hora de cenar arrojé la servilleta sobre la mesa y me puse de pie furioso porque no parabas de jugar y hacer ruido. Con un golpe sobre la mesa grité que no soportaba más ese escándalo y subí a mi cuarto.

Al poco rato mi ira comenzó a apagarse.

Me di cuenta de que había exagerado mi postura y tuve el deseo de bajar para darte una caricia, pero no pude. Cómo podía un padre, después de hacer tal escena de indignación, mostrarse sumiso y arrepentido? y no fui a pedirte perdon !

Luego escuché unos golpecitos en la puerta. 'Adelante' ... dije, adivinando que eras tú. Abriste muy despacio y te detuviste indeciso en el umbral de la habitación.

Te miré con seriedad y pregunté: ¿Te vas a dormir? ... ¿vienes a despedirte?

No contestaste. Caminaste lentamente con tus pequeños pasitos y sin que me lo esperara, aceleraste tu andar para echarte en mis brazos cariñosamente.

Te abracé ..... y con un nudo en la garganta percibí la ligereza de tu delgado cuerpecito.

Tus manitas rodearon fuertemente mi cuello y me diste un beso suavemente en la mejilla.

Sentí que mi alma se quebrantaba.

'Hasta mañana papito' me dijiste.

¿Qué es lo que estaba haciendo?

¿Por qué me desesperaba tan fácilmente?

Me había acostumbrado a tratarte como a una persona adulta, a exigirte como si fueras igual a mí y ciertamente no eras igual.

Tu tenias unas cualidades de las que yo carecía: eras legítimo, puro, bueno y sobretodo, sabias demostrar amor.

¿Por qué me costaba tanto trabajo?,

¿Por qué tenía el hábito de estar siempre enojado?

¿Qué es lo que me estaba aburriendo?

Yo también fui niño.

¿Cuándo fue que comencé a contaminarme?

Después de un rato entré a tu habitación y encendí con cuidado una lámpara.

Dormías profundamente.

Tu hermoso rostro estaba ruborizado, tu boca entreabierta, tu frente húmeda, tu aspecto indefenso como el de un bebé.

Me incliné para rozar con mis labios tu mejilla, respiré tu aroma limpio y dulce.

No pude contener el sollozo y cerré los ojos.

Una de mis lágrimas cayó en tu piel. No te inmutaste.

Me puse de rodillas y te pedí perdón en silencio.

Te cubrí cuidadosamente con las cobijas y salí de la habitación.

Si Dios me escucha y te permite vivir muchos años, algún día sabrás que los padres no somos perfectos, pero sobre todo, ojalá te des cuenta de que, pese a todos mis errores, te amo más que a mi vida.

'Si lloras por haber perdido el Sol, entonces no podrás ver las estrellas'.

No se como funciona este asunto pero es real.
Perdona me hijo!

Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
Efesio 6:4
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miércoles, 7 de abril de 2010

Como Vencer el mal con el Bien!

Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. 21No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
Romanos 12:20-21

Tanto el hecho de que es Domingo de Ramos y el comienzo de la Semana Santa como que Romanos 12 esta basado en Romanos 1-11 me motivan a titular este mensaje no solo “Vence el Mal con El Bien” como dice el versículo 11, sino “Cristo Venció el Mal con el Bien, ¡Haga lo Mismo!” En otras palabras, quiero subrayar que lo que Cristo Jesús hizo en los últimos días de de su vida en la tierra (durante la Semana Santa) y la manera en que Pablo describe esto en Romanos 1-11 son el fundamento y el modelo de cómo vencemos el mal con el bien.

“Somos los Discípulos de Quien Murió por Sus Enemigos”
Una manera de presentarlo es esta (lo tomo de un magnífico comentario sobre Proverbios de Charles Bridges, p. 478). “Somos los discípulos de Él, que murió por sus enemigos.” ¿Es usted Cristiano? Entonces usted es el seguidor de uno que murió por sus enemigos. ¿Es usted no Cristiano? Entonces está usted siendo buscado por uno que murió por sus enemigos, Jesucristo. De hecho, su presencia aquí es parte de su designio de vencer la enemistad entre usted y Él, y llevarle a usted hacia Él.

El llamada de Pablo a nosotros los Cristianos a amar a nuestros enemigos (en Romanos 12:20), y a que venzamos el mal con el Bien (en Romanos 12:21) está basado en lo que Cristo hizo por nosotros. Cristo amó a sus enemigos (y de esa manera) venció el mal con el bien. Ninguno de nosotros sería un cristiano si Cristo no hubiera amado a sus enemigos y vencido nuestro mal, nuestra insubordinación testarudez y egocentrismo, con su muerte y resurrección.

Romanos 5:10 lo deja claro: “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.” Una vez hubo enemistad entre nosotros y Dios. Venía de ambos lados, el nuestro y el Suyo. Nuestros corazones eran obstinados, rebeldes e insubordinados (Romanos 8:7; 5:6,8), y su ira estaba sobre nosotros por causa de nuestra rebelión (Romanos 1:18; Juan 3:36; Efesios 2:3). Él estaba justificadamente enojado con nosotros y nosotros merecíamos su castigo eterno.

Pero entonces llegó aquel viaje a Jerusalén, aquel plan de Dios, aquel rostro lleno de determinación para ir hacia los inevitables, horribles y gloriosos eventos de la Semana Santa designados por Dios. Tres veces Jesús predijo y explicó a sus discípulos porque estaba yendo a Jerusalén- de hecho, el porqué de su venida a la tierra. La tercera vez aparece en Mateo 20 justo antes de la entrada triunfal en Mateo 21. Aquí es donde dice a sus discípulos: “He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte; 19y le entregarán a los gentiles para que le escarnezcan, le azoten, y le crucifiquen; mas al tercer día resucitará.” (Mateo 20:18,19)

Solamente Cristo Puede Proveer Un Rescate Infinito Por Mi Pecado Infinito
Pero ¿por qué? ¿Cuál era el objetivo de todo esto? Jesús responde a esta pregunta unos versículos más tarde. Justo antes de la entrada triunfal a la Semana Santa. El dijo en Mateo 20:28, “El hijo del hombre no vino para ser servido sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” El significado de su muerte, el significado de la Semana Santa, fue el rescate. Ésta no fue una muerte ordinaria. ¡Esta muerte del Hijo del Hombre y del Hijo de Dios fue un rescate! -un pago hecho para liberar a las personas del poder mortífero del pecado. Cristo venció el mal de nuestro pecado con el bien de su propia muerte y resurrección. “siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo” .Reconciliados por el pago de un rescate.

Mi deuda con Dios era infinita. Había pecado contra el infinitamente Santo, Bueno y Justo Dios. Para pagar la deuda de esa ofensa me tomaría una eternidad en el infierno. Salmo 49:7-8 (NVI) dice. “Nadie puede salvar a nadie, ni pagarle a Dios rescate por la vida. Tal rescate es muy costoso; ningún pago es suficiente.” Usted no puede redimirse a sí mismo de su pecado, y ningún hombre puede redimirle a usted. Este es el error de todas las religiones del mundo. Todas tratan de encontrar vías para que el hombre se redima a sí mismo. Pero Dios dice que esto es imposible. “Nadie puede salvar a nadie, ni pagarle a Dios rescate por la vida.”

Pero luego en versículo 15 este Salmo dice, “Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol, Porque él me tomará consigo.” Un simple hombre nunca podría pagar un rescate infinito. Pero Dios puede. Y ahora sabemos como Dios lo hizo. Lo hizo durante la Semana Santa. Lo hizo al enviar a su Hijo, quien era un hombre –sí, sin duda un hombre- pero ¡oh, mucho mas que un simple hombre! Él era el Dios-Hombre. En Él habitaba corporalmente toda la plenitud de la Deidad (Colosenses 2:9) Él era el Dios-Hombre. Y por tanto pudo, y lo hizo, pagar el rescate por todos los pecados de todas las personas que le recibirían a Él y su perdón.

Cristo Vence Nuestro Mal Con su Bien en Dos Maneras
Y cuando Cristo murió en rescate por todos los que creen, rompió las cadenas de pecado y muerte que les mantenían cautivos. Él venció el mal con el bien. El derrotó el mal del pecado, la rebelión y la insubordinación, con el bien de Su muerte y Su resurrección. No venció el mal con palabras persuasivas. No habló a la gente para persuadirles a abandonar el pecado. No convencía a la gente para que cambiara. Lo primero no era una transformación moral. Lo primero era una justificación legal. Como Cristo pagó lo que necesitaba ser abonado, el veredicto descendió del juez del universo: ¡En justicia! Toda la deuda pagada. Esta fue una transacción legal entre Dios y el Hijo de Dios que nosotros disfrutamos por fe.

Entonces, y solamente entonces, cuando somos declarados justos gracias a Cristo, la transformación moral comienza. Así Cristo vence nuestro mal con Su bien en dos formas, y estas ocurren en orden y no son lo mismo. Primero, Él vence nuestro mal haciendo por nosotros lo que nunca pudimos hacer por nosotros mismos: Él satisfizo las demandas de Dios en nombre nuestro, pagó nuestro rescate. La vida perfecta, divina-humana ha sido vivida y sacrificada. Es por eso que ahora somos justos ante los ojos de Dios. La deuda esta pagada. Ahora -y solamente ahora- nuestra transformación moral comienza. Esto es también la obra de Cristo. Por su Espíritu Él viene y sobre la base de su sangre comienza a liberarnos del mal de nuestros malos comportamientos y actitudes.

Ese es el fundamento de Romanos 12:20-21. Todo está enraizado en lo sucedido durante la Semana Santa, el clímax y asesinato de la vida perfecta como rescate por sus enemigos. “Somos discípulos de aquel que murió sus enemigos.” Y ahora Dios dice a los discípulos de su Hijo, “Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.” (Esa es una cita de Proverbios 25:22) “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.”

Así pues, ahora conocemos que este no es un simple llamado de Dios para que imitemos a Cristo. Es un llamado a que confiemos en Cristo para nuestra propia salvación, y entonces, en la esperanza, fuerza, gozo y seguridad de esa salvación, mostrarla a otros por la manera en que vivimos. Guíeles a Jesús como el único posible rescate por sus pecados -el único que puede pagar su deuda y vencer su mal con el bien de su propia muerte y resurrección.

“No Seas Vencido por el Mal, Sino Vence con el Bien, el Mal”
¿Qué es pues, lo que Pablo quiere decir cuando afirma, “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.”? Viendo el contexto, la frase viene justo después de decir: haz bien a tu enemigo. Creo que él quiere decir “no permitas que la hostilidad de tu enemigo produzca hostilidad en ti. Al contrario, deja que tu amor triunfe sobre su hostilidad”. ‘No seas vencido’ por el mal significa ‘no seas vencido por su mal’. No permitas que el mal de otra persona te haga malvado. ¡Oh!, cuan crucial es eso.

Cuando usted permite que su adversario le haga mal, él es el vencedor. Si permite que el pecado de una persona gobierne sus emociones para que su propia ira pecaminosa, amargura, o depresión se deba al mal de esta persona, entonces usted está siendo vencido por el mal. Y Pablo dice: ‘no tienes que ser vencido de esa manera’. Pablo está abordando aquí la completa mentalidad de víctima de nuestros días- gente que siente o hace cosas malas y luego culpa a la maldad de otros. Ellos mismos se permiten ser vencidos por la maldad de otros para hacer mal, y entonces culpar a la otra persona.

Pero Pablo dice, ‘no seas vencido por el Mal’. No permita que el mal de otra persona provoque sus malos pensamientos o malas actitudes o malas obras. No les de ese tipo de poder. Usted no tiene que hacerlo, Cristo es su Rey, Cristo es su líder, su campeón, su tesoro. Cristo gobierna su vida, no quienes hacen el mal. Cuando alguien le hace mal, debería decir, ‘no eres mi Señor. No seré controlado por ti. No tendré mis actitudes, pensamientos y acciones dictados por tu maldad. Cristo determina mis actitudes, pensamientos y acciones.’

¡Oh cuan diferente es esta reacción a la manera en que reacciona la mayoría de la gente! Permitimos que nuestras emociones, nuestros pensamientos y nuestras acciones sean un reflejo de lo que la gente dice y nos hace. Y el resultado natural es que luego podemos culparles por nuestro mal –por nuestro peligro, por nuestra amargura, por nuestro desánimo, por nuestra depresión, por nuestra venganza. No, cuando los cristianos enfrentan el mal, no responden meramente al mal, responden a Cristo quien trata con el mal. Él murió para eso, o, de otra manera, lo castigará en el infierno. Cristo es la realidad dominante en nuestras vidas, no la maldad de otra persona. Por tanto, no sea vencido por el mal, no sea gobernado por el, no permita que la hostilidad de su enemigo le haga hostil.

Mas bien venza con el bien el mal. ¿Qué significa, en el contexto, “triunfe su amor sobre la hostilidad de su enemigo.”? ¿Que si usted le da agua a su enemigo cuando está sediento y comida cuando está hambriento, siempre se va a arrepentir y ser su amigo? No, nosotros sabemos que Pablo no piensa así. No todos los enemigos de Jesús respondieron positivamente a su amor por ellos. Un ladrón en la cruz se arrepintió y el otro le maldijo. Pedro se arrepintió. Judas se ahorcó. El centurión dijo: ‘Éste esa el hijo de Dios.’ Los fariseos dijeron, ‘¡Ya era hora!’ El amor de Cristo no produce arrepentimiento en todo el mundo y amor de usted tampoco.

Pablo dice en el versículo 18, “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.” En otras palabras, usted hará todo lo que deba, y aun así algunos no harán la paces.

“Vence El Mal Con El Bien”
¿Qué significa “vence el mal con el bien”? Significa que usted o bien triunfa a través del arrepentimiento de su enemigo o triunfa a través del juicio de su enemigo. En otras palabras, si aman a su enemigo, y bendicen a quienes les maldicen (v. 14), y no devuelven mal por mal (v. 17), y no toman venganza ustedes mismos (v. 19), serán triunfadores, conquistadores, el vencedores. No importa como sus enemigos respondan. Vemos esto en el versículo 19 “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.” y lo vemos nuevamente en el versículo 20 en las palabras: “ascuas de fuego”. “si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza”.

“Ascuas de Fuego Amontonarás Sobre Su Cabeza”
¿Qué significa esto de “ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza”? Que yo sepa no existe evidencia que sugiera que carbones encendidos amontonados sobre la cabeza sea símbolo de bendición o arrepentimiento (que es la manera en que la mayoría de la gente lo toma). He escuchado a personas hablar de una costumbre en tiempos bíblicos de ir al vecino cuando el fuego se apagaba y pedir prestados carbones encendidos y transportarlos de regreso en un cesto sobre la cabeza para iniciar el fuego nuevamente. No puedo encontrar evidencia alguna de tal práctica en tiempos bíblicos. Me parece que probablemente alguien inventó esto para resolver el problema, tampoco existe algún uso de esa frase para referirse al remordimiento o arrepentimiento.

Por el contrario, todo uso de términos como “ascuas de fuego” en el Antiguo Testamento y fuera del Antiguo Testamento es un símbolo de ira divina, castigo o pasión malvada. La única razón por la que muchos intérpretes dan el significado de arrepentimiento o remordimiento es porque creen que encaja mejor con el contexto. Así que la pregunta es -y puedes responderla como cualquier erudito-¿es cierto eso?

El versículo 14 es claro. Si, nuestro objetivo de amar a nuestro enemigo es bendecirle, no maldecirle. “Bendecid a los que os persiguen; bendecid y no maldigáis.” Nuestro primer y más urgente anhelo por nuestros enemigos es que sean bendecidos -que se arrepientan y confíen en Cristo y que su rescate pague todas sus deudas y les dé salvación. Sí, esa es la meta. Es la meta de todo este capítulo. Viva de tal manera que guíe a las personas al disfrute de la misericordia de Dios.

Pero ese no es el cuadro completo. Porque vimos en el versículo 19, “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor”. Esto significa que cuando ustedes aman a sus enemigos y ellos no se arrepienten y reciben la bendición de vuestro amor, el mal no triunfa, triunfa la justicia de Dios. “Yo pagaré, dice el Señor”. Usted no necesita ser juez. Dios lo será. No necesita ganar en la tierra. Dios ganará por usted en el día final.

Así que cuando llegamos al versículo 20, y escuchamos que amar a nuestros enemigos traerá “ascuas de fuego[...] sobre su cabeza”, se refiere más naturalmente a la realidad de la justicia, no a la realidad de la misericordia.

Aquí está un pasaje que nos ayuda a ver la manera en que el amor opera con juicio, Romanos 2:4-5. Observe el efecto del amor de Dios por sus enemigos cuando es rechazado. El resultado es mucho más que ascuas de fuego.

¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios.

Esta es la manera en que el amor de Dios opera por sus enemigos, y es la manera en que nuestro amor opera por nuestros enemigos. Nuestro deseo es que ellos se arrepientan y vengan al conocimiento de la verdad. Pero si no lo hacen, el mismo amor que estamos mostrando incrementa el peso de ira sobre su cabeza. Cuanto más esa gente rechaza la misericordia de Dios, tanto más ira amontonan sobre ellos mismos.

Y así es con usted y los enemigos que ama: cuanta más misericordia rechacen, tanto más ascuas de fuego estarán amontonados sobre su cabeza. Ese no es nuestro deseo u objetivo. Nuestro objetivo está en el versículo 14. “Bendecid, y no maldigáis.” Oren por sus enemigos. Sean como Pablo en Romanos 10:1: “ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios [...], es para salvación.”

Por esto somos capaces de dar nuestras vidas -para que nuestros enemigos sean salvos. Miles de misioneros lo han hecho. Pero lo que el versículo 20 está diciendo es esto: ‘Si, le parece que su amor ha fallado, y en vez de convertir a su enemigo, su enemigo le mata, siéntase seguro de haber vencido el mal. El no le ha vencido. Dios tendrá la última palabra, no su enemigo. Usted será vindicado en la resurrección de los justos. Para esto Cristo murió y resucitó. Es por esta razón que existe una Semana Santa, un Jueves Santo, Viernes Santo y especialmente un Domingo de Resurrección.

Cristianos, sean fuertes. No sean vencidos por el mal. Venzan con el bien, el mal.

By John Piper. © Desiring God. Website: desiringGod.org


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martes, 30 de marzo de 2010

Cristo Jesús Es El Que Murió, Sí, Más Aún, El Que Fue Resucitado.

Romanos 8:34

¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

“¿Y Es Posible?” Por Charles Wesley (última estrofa)
Ninguna condenación temo ahora;
¡Jesús, y todo en él, es mío!
Vivo en él, mi Señor viviente,
Y revestido de divina justicia,
Confiado me acerco al trono eterno,
Y reclamo la corona, por medio de Cristo me pertenece.

Cristianismo Básico En Pocas Palabras
Vea conmigo las palabras que acabamos de cantar –el último verso de “¿Y Es Posible?”. Este es un pequeño curso de cristianismo básico en una sola estrofa. Cada línea de esta estrofa es una profunda verdad tomada de la Biblia que habla sobre el significado de ser cristianos.

Ninguna condenación temo ahora

Romanos 8:1: “Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu”

¡Jesús, y todo en él, es mío!

Romanos 8:32: “El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con El todas las cosas?”. Pablo no quiere decir que toda comodidad o todo lo que nos gusta nos será concedido, sino a todo lo que es bueno para nosotros (mientras confiemos en él), y en el fin, a la vida eterna, a cada bendición posible, y a un gozo con Dios cada vez mayor.

Vivo en él [en Cristo], mi Señor viviente

Colosenses 3:3-4: “Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, nuestra vida, sea manifestado, entonces vosotros también seréis manifestados con El en gloria”. Si ustedes confían en Cristo, él se volverá vida en ustedes, y esta vida será tan eterna e indestructible como la suya. No importa qué acontezca mientras estamos aquí.

Y revestido de divina justicia

2da a los Corintios 5:21: “[Dios] hizo [a Cristo] pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en El”. El fundamento de nuestra aceptación con Dios no es nuestra justicia, sino la justicia de Cristo considerada como nuestra por amor de Cristo, porque él murió por nosotros. Esta es nuestra esperanza y nuestra seguridad. Por tanto...

Confiado me acerco al trono eterno

Hebreos 4:16: “Acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna”. ¿Que los pecadores pueden sentir confianza ante el trono de Dios? Solo los que están revestidos de la justicia divina, y ello viene por fe en Cristo, no solo por nuestros esfuerzos imperfectos.

Y reclamo la corona, por medio de Cristo es mía

2da a Timoteo 4:8: “En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”. ¿Una corona? ¿Por qué una corona? ¿No son las coronas para los reyes? Sí, y para los hijos de los reyes –eventualmente. Después de una vida de fe y de servicio y de amor –quizás en Moralica, Honduras, o Tirana, Albania, o Tecate, California, en el garaje del vecino, o en la habitación de al lado en el hospital –después de una vida de fe en Cristo y amor por las personas recibimos la corona.

Un Juez Justo + Un Pecador Culpable = Ninguna Condenación
Todo esto –toda esta esperanza (“¡Jesús, y todo en él, es mío!”) –está fundamentada en la gran declaración: “no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:1). Esta es esencia del cristianismo: Dios es un juez absolutamente justo y santo. Nadie escapa sin juicio en su corte, pero todos somos pecadores y culpables ante él (Romanos 3:23). Sin embargo, ninguna acusación en nuestra contra permanecerá. ¿Qué?, ¿nadie puede condenarnos? Todos los verdaderos cristianos cantan con gozo: “Ninguna condenación temo ahora” ¿Cómo puede ser esto? Un Juez justo + un pecador culpable = ninguna condenación. ¿Cómo funciona una ecuación tal? Esto es lo que el cristianismo debe responder.

En Romanos 8:33-34 Pablo hace esta pregunta: “¿Quién acusará a los escogidos de Dios?”, y no responde diciendo: «bueno, mis enemigos pudieran, o quizás mi esposa, o mi consciencia, o peor aún, Dios pudiera acusarme, después de todo soy un pecador». En lugar de esto Pablo responde diciendo: “Dios es el que justifica”. En otras palabras, otros pudieran acusarnos, pero en la suprema corte del universo, a saber, Dios, ya me ha justificado. Es decir, él nos ha perdonado y reconocido como justos: « revestido[s] de divina justicia». Así que nadie puede acusarnos eficazmente. No importa quién nos acuse, o cuál sea su caso, si Dios nos ha justificado: “no hay ahora condenación”. Ese es el verso 33.

Un Juez Justo + Un Pecador Culpable + La Muerte de Cristo = Ninguna Condenación
Pero ¿cómo puede ser esto? ¿Cómo es posible que “un Juez Justo + Un Pecador Culpable = Ninguna Condenación”? Un juez no puede simplemente liberar a los criminales y seguir honrando la ley y protegiendo a la sociedad. Así que en el verso siguiente Pablo hace nuevamente la misma pregunta, pero en esta ocasión la responde con una respuesta más básica. Romanos 8:34: “¿Quién es el que condena?”. Esto es lo mismo que preguntar: ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? (v.33); en aquel caso la respuesta era: «No importa quién les acuse si Dios es por ustedes y les ha justificado: “Dios es el que justifica”». Aquí la respuesta es: «No importa quién les condene porque: “Cristo Jesús es el que murió”».

Este es el componente que falta en la ecuación, y el gran eje central del cristianismo, la muerte de Cristo en lugar de los pecadores. Así que ahora la ecuación se representa así: Un Juez Justo + Un Pecador Culpable + La Muerte de Cristo = Ninguna Condenación. La condenación que nos pertenecía por nuestro pecado fue depositada sobre Jesús, y la justicia que pertenecía a Jesús por su obediencia perfecta nos fue imputada.

Llevando mi vergüenza e insolente burla,
En mi lugar condenado permaneció,
Sellado mi perdón es con su sangre
¡Aleluya! ¡Qué gran Salvador!
"Hallelujah! What a Savior" [¡Aleluya! ¡Qué gran Salvador!] por Philip P. Bliss.

Por tanto: “no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8:1).

¿Qué Se Puede Decir Acerca De La Resurrección Y Acerca De La Intercesión De Cristo Por Nosotros?
¿Pero qué podemos decir acerca del resto del verso 34? ¿Necesitamos añadirlo a la ecuación? “Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros” ¿Que se puede decir de la resurrección de Jesús y su reinado actual a la diestra de Dios donde intercede por nosotros?

Pues bien, sí, estos son asuntos esenciales. Sin ellos habría condenación para todos nosotros, los pecadores culpables. Pablo dijo en 1ra a los Corintios 15:17: “si Cristo no ha resucitado, vuestra fe es falsa; todavía estáis en vuestros pecados”.

Pero la resurrección de Jesús y su intercesión a nuestro favor en los cielos son esenciales porque demuestran la validez y eternidad del efecto eliminador de pecados que tuvo la muerte de Jesús. La resurrección no añade nada a los pecados que Jesús absorbió en su muerte. Y la intercesión de Jesús a nuestro favor no añade nada al evento de absorción de pecados que tuvo lugar en la muerte de Jesús.

En lugar de eso, la resurrección de Jesús prueba que Dios está satisfecho con la muerte de Jesús, como la remoción de toda nuestra culpa y condenación. Jesús no tenía que permanecer muerto para seguir pagando por nuestros pecados. Su sufrimiento y muerte fueron suficientes. La resurrección es la gran declaración de Dios: ¡Realmente consumado es! La deuda ha sido pagada. La justicia se ha cumplido, la culpa fue removida. La condenación del pecado se ha efectuado.

Y cuando Pablo dice en el verso 34 que Cristo está a la diestra de Dios intercediendo por nosotros no lo hace con la intención de afirmar que algo debe ser añadido a la suficiencia de la muerte de Cristo, sino para demostrar que esta muerte es eternamente efectiva ¿Cuál es el clamor que nuestro abogado intercesor levanta ante Dios? Su clamor es su propia sangre, su propia muerte. Él no tiene otro caso que presentar para defendernos que su propia muerte. Este es el significado de nuestra intercesión diaria. La muerte de Cristo es tan válida y tan eterna como la vida del Cristo resucitado, intercesor. Esa es su intención.

Así que pienso que podemos mantener nuestra ecuación sin más complicaciones: Un Juez Justo + Un Pecador Culpable + La Muerte de Cristo = Ninguna Condenación. Pero necesitamos recordar siempre: que debido a que Cristo resucitó de entre los muertos sabemos que su muerte fue totalmente suficiente y no necesita repetirse, ni necesita que se le añada algo a fin de que pueda remover toda nuestra condenación. Y porque Cristo intercede por nosotros, sabemos que su muerte mantendrá su efecto salvador mientras Cristo exista ¡Y él nunca podrá morir!

“Un Juez Justo + Un Pecador Culpable + La Muerte de Cristo = Ninguna Condenación”
Un énfasis en la resurrección de Cristo, y un énfasis en su intercesión a la diestra de Dios.

Este es el corazón y la esencia del cristianismo.

«Ninguna condenación temo ahora; ¡Jesús, y todo en él, es mío!»

Cuando la condenación es removida, en su lugar queda todo lo que Dios es para ustedes en Jesús. « ¡Jesús, y todo en él, es mío!» Todo lo que Dios es y todo lo que Dios promete les pertenece a ustedes cuando están en él.

¿Cómo es que la obra de Dios se vuelve mía?
Lo que hace que ahora surja la pregunta ¿cómo es que la obra de Dios para eliminar la condenación se vuelve nuestra? La respuesta bíblica es que somos justificados por fe: Romanos 5:1: “Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Así que podemos decir, añada su fe a esta ecuación: Un Juez Justo + Un Pecador Culpable + La Muerte de Cristo +Mi Fe = Ninguna Condenación. Y yo supongo que este sería un modo perfectamente legítimo de decirlo.

Pero me pregunto si no sería mejor decir: «Deje la ecuación tal como está: expresando todo lo que Dios está haciendo al enfrentar el pecado para remover la condenación; para luego preguntar ¿amamos esta gran obra de Dios?, ¿apreciamos esta a obra y a este Dios que obra así por nosotros? ¿Confiamos en este Dios y en su gran obra? ¿Recibimos todo lo que Dios es por nosotros en Jesús cuando él quita la condenación?

Quizás, el modo de lograr este objetivo sea dibujando un gran corazón alrededor de la ecuación. No solo para que comprendamos la ecuación a profundidad, sino para que ella penetre profundamente en nosotros. La comprendemos, la vivimos, la amamos. Dios hace la obra y nosotros creemos en la obra, y permanecemos en la obra. Y recibimos todo lo que Dios es para nosotros en la obra.

Poseyendo Todo Lo Que Dios Es Para Ustedes En Jesucristo
Cuando me preguntaba, el pasado miércoles, cómo abordar este tema para que ustedes lo comprendieran, leí una carta me escribió el 24 de marzo de 1999 un pastor en California a quien no conozco. Creo que esto nos lleva a todos a una conclusión adecuada.

Solo una palabra de agradecimiento a Dios... Yo ministro a una maravillosa congregación en un pequeño pueblo en California Central... el 14 de febrero de este año, Tony, un joven de 27 años que nos había estado visitando, se suicidó. Abandonó a una familia que le amaba, que incluía a 4 hermosos niños. Hoy me resuena la pregunta ¿Por qué?

Mientras miraba cómo los patólogos alaban su rígido cuerpo fuera de una camioneta, una sensación de pavor me inundó. Yo me preguntaba « ¿Qué fue lo que lo poseyó a tal punto que hiciera lo que hizo?». Esta pregunta hechizó mi corazón y mente durante las semanas que siguieron. Era como un viento frío que invadió mi familia y ministerio. Al final, esta situación me hizo salir de vacaciones de nuestra iglesia a fin de buscar respuestas.

Fue durante este tiempo que fui guiado casi providencialmente [a descubrir la verdad de vivir por fe en la gracia venidera, y]... la gracia de Dios y el poder de su Espíritu... [abrieron] una puerta en mi corazón a través de la cual yo podía contemplar la maravillosa belleza de Dios en Cristo Jesús. Esta belleza me ha ayudado a aferrarme mejor al propósito para el que fui creado: ¡Para glorificar a Dios y deleitarme eternamente en él!

Al final aprendí que no fue algo que poseyó a Tony lo que le hizo suicidarse, sino algo que no lo poseyó (que no comprendió): todo lo que Dios es por nosotros en Jesucristo. He depositado todas las preguntas respecto a este tema (como también sobre la vida de Tony) en la mano de soberana de Dios.

En medio de toda esta situación la gracia de Dios me ha sostenido; y aun más, me ha fortalecido para que yo pueda gozosamente: “aferrarme a aquello por lo que Cristo también se aferro a mí”. Este gozo ha permeado mi corazón y mente y ha sido derramado abundantemente en mi esposa, en mi hija, en mi iglesia y en mi comunidad.

Esta es mi oración por ustedes en esta mañana. Que «posean todo lo que Dios es por ustedes en Jesucristo». Que se “aferren a aquello por lo que Jesús también se aferró a ustedes”. Y que sobreabunden con gozo al conocer que no hay condenación para los que están en Cristo Jesús, más bien Jesús y todo en él, les pertenece.

By John Piper. © Desiring God. Website: www.desiringGod.org
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Razones por las que debemos de estar agradecidos por la Biblia.


1. La Biblia aviva la fe, fuente de toda obediencia.

Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo. (Romanos 10:17)

2. La Biblia libera del pecado.

y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. (Juan 8:32)

3. La Biblia libera de Satanás.

Y un siervo del Señor no debe andar peleando; más bien, debe ser amable con todos, capaz de enseñar y no propenso a irritarse. Así, humildemente, debe corregir a los adversarios, con la esperanza de que Dios les conceda el arrepentimiento para conocer la verdad, de modo que se despierten y escapen de la trampa en que el diablo los tiene cautivos, sumisos a su voluntad. (2 Timoteo 2:24-26)

4. La Biblia santifica.

Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad. (Juan 17:17)

5. La Biblia libera de la corrupción y fortalece a la santidad.

Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y potencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda. Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza divina. (2 Pedro 1:3-4)

6. La Biblia brinda amor.

Esto es lo que pido en oración: que el amor de ustedes abunde cada vez más en conocimiento y en buen juicio, (Filipenses 1:9)

Debes hacerlo así para que el amor brote de un corazón limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera. (1 Timoteo 1:5)

7. La Biblia salva.

Ten cuidado de tu conducta y de tu enseñanza. Persevera en todo ello, porque así te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen. (1 Timoteo 4:16)

Por tanto, hoy les declaro que soy inocente de la sangre de todos, porque sin vacilar les he proclamado todo el propósito de Dios. (Hechos 20:26, 27)

Con toda perversidad engañará a los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser salvos. (2 Tesalonicenses 2:10)

8. La Biblia imparte alegría.

Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa. (Juan 15:11)

9. La Biblia revela al Señor.

Además, el Señor siguió manifestándose en Siló; allí se revelaba a Samuel y le comunicaba su palabra. (1 Samuel 3:21)

10. Por lo tanto, La Biblia es el fundamento de mi hogar y familia feliz. De mi ministerio y esperanza de eternidad con Dios.

By John Piper. © Desiring God. Website: http://www.desiringgod.org/



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viernes, 26 de marzo de 2010

Hijos ADOLES-CENTES!

Se identifica con esta frase?, Ha llegado a buscar ayuda por la situación con su hijo (a) adolescente? Pues permítame decirle que no es la única persona que ha pensado en esto. La mayoría de los padres con hijos adolescentes, están igual de preocupados que usted, y con mucha razón, por el hecho de no saber qué es lo que pasa con sus hijos, y qué es lo que ha sucedido con los que hasta hace poco eran unos niños tiernos y predecibles?.

Ahora lo que más debe interesarnos, es que quienes están aún más preocupados son sus propios hijos adolescentes. Sabía usted esto? Si usted siente preocupación, imagínese la que están sintiendo ellos, incluso la ansiedad que les causa esta etapa tan decisiva en sus vidas.

Tal vez no recuerda bien su etapa de adolescencia, pero sería bueno que le pregunte a sus padres, qué recuerdan de los cambios que vivieron con usted?

Ahora, quisiera poder ayudarle a que entienda un poco lo que esta sucediendo con su hijo (a) adolescente:

1.Un cambio que empieza.
¿Su hijo (a) a partir de los 11 años aproximádamente, incluso antes, empieza a cambiar. Cambia no sólo en su manera de comportarse, sino tambien en su físico?.

Antes de llegar a esta edad, recordará que eran NIÑOS felices, para los cuales su preocupación principal era jugar, comer, dormir y estudiar cuando se le obligaba en muchos casos. En esta etapa se encontraban aún en la escuela, en un medio que ya no les era tan emocionante como en 1 Grado, pero si un medio donde eran los más grandes, (6 grado) y con más experiencias. En esa época, casi todo era predecible para ellos, se sentían tan seguros que nada les preocupaba, hasta que la mayoría empieza a sufrir cambios físicos que los desconciertan, y que a la vez no saben como decirles a sus padres que les esta pasando.

Estos cambios a veces empiezan en algunos niños a muy temprana edad, donde ninguno de sus compañeros o amigos los han experimentado, lo cual les llena de vergüenza y hace que se comporten extrañamente incluso hacia sus compañeros, sobretodo en el caso de las mujeres que desarrollan a edad temprana. Trate de observar a las niñas, que han empezado a cambiar en su físico, con la relación de sus compañeros cómo se burlan de éstas, sin saber que ellos mismo pasaran en un momento dado por esta etapa.

Recuerdo la primera vez que fui maestra de 5 y 6 grado, como las niñas tratan de ocultar sus cambios con sweters largos y anchos, aunque esten muriendo del calor, y como sus compañeros (as) son tan crueles, para burlarse de ellas, por su tamaño, por su ropa, e incluso por que tienen busto.

Ahora todos pasarán por esa etapa, algunos más rápidos , pero otros más lento que todos los demás, y para éstos también es un gran problema, pues cuando ya todos sus compañeros han desarrollado o por lo menos han iniciado la etapa del desarrollo, estos OTROS, siguen siendo niños, lo cual también les causa ansiedad y hasta depresión.

Esto es uno de los primeros problemas que pasan sus hijos al iniciarse esta etapa de cambios.

2.-Y siguen los cambios…

Ahora sus hijos se enfrentan a un nuevo mundo: el Colegio o Secundaria.

En un principio dijimos que estando en la escuela se sienten seguros, por ser los más grandes, y llegan a cumplir todas sus expectativas hasta el día de su graduación, donde se convierten en las ESTRELLAS, pero por pasar este gran evento caen en un gran hueco.

He escuchado historias de cantantes famosos, donde cuentan que después de un gran espectáculo, donde son el número 1, al terminar el evento, y volver a su vida normal, sienten que caen de una nube en caída libre, y entran en soledad y depresión por unos días.

Pues esto mismo les sucede a los adolescentes, están en las nubes al llegar al máximo de la escuela, pero cuando ingresan a la secundaria, y se dan cuenta que ya NO son las estrellas, que más bien son los bebés, esto es un golpe muy grande para ellos, es empezar de cero, y es la primera vez de muchas veces que les tocará vivirlo, sin agregar que ya su ?situación? por sus cambios físicos los tienen preocupados.

Ahora empezarán una vida totalmente distinta a la que estaban acostumbrados, ya no tendrán una maestra que los conocía tan bien y a la cual sólo tenían que rendir cuentas, ahora tendrán más de 13 profesores en algunos casos, sus horarios de estudio son más largos, y los simples conocimientos que tenían se verán invadidos por problemas de algoritmos, geometría, química, física y demás…. agregando que tendrán más tareas, más trabajos…

Podría seguir escribiendo muchísimas más cosas que les suceden en esta etapa, que han empezado a descubrir y que muchas veces les llenará de satisfacción y muchas otras de sufrimiento.

Usted mismo podría participar, con todas las experiencias que ha tenido con su hijo (a), o a la de menos podrá recordar las mismas experiencias suyas durante su adolescencia. En particular recuerdo una que cambio mi vida, en la que además de estar atravesando las etapas arriba expuestas, me tuve que enfrentar a la muerte repentina de mi padre a los 14 años. Cree que es esto fácil para una adolescente?, verdad que no, y no sólo es difícil la muerte de un ser tan especial, sino que la vida inmediatamente cambia, tanto afectiva como económicamente.

Cuantos adolescentes no pasan por eso hoy en día y sabe cual es la diferencia para que puedan culminar con golpes y raspaduras pero también con éxito esta etapa tan difícil, unos padres que sepan estar ahí, para ir de su mano, que les brinden su hombro para llorar por un primer amor perdido, o solamente que esten ahí cuando ellos mismos no saben que tienen.


Ahora, todavía dirás: AUXILIO tengo un hijo adolescente!, o más bien escucharás un clamor de un hijo que pide AUXILIO, porque no sabe que pasa, porque su cuerpo ha empezado a cambiar sin solicitarlo, porque todo cae de sus manos que al crecer se han puesto un poco torpes, o porque sus compañeros se burlan por el tamaño de su busto, o porque es muy bajo, o porque cuando habla su voz se quiebra y se le va, o porque se enfrenta a un mundo donde el que sobrevive es el más fuerte, si se puede explicar así el colegio, y aparte puede estar pasando un divorcio de sus padres, la muerte de un ser querido, el cambio de residencia a una ciudad lejana o a otro país, o que más?, usted también puede agregar más de estas preguntas si las hace pensando en su hijo (a).

Es hora de que velemos por nuestros hijos adolescentes, de que seamos sus amigos que los escuchemos y aconsejemos, es hora de darles confianza para que puedan acercarse a nosotros y decirnos lo que pueden estar pasando, sintiendo o viviendo.

Estamos a tiempo, no esperemos a que sucedan las desgracias que hemos escuchado y visto en las noticias o las de otras personas, somos nosotros los que tenemos la mayor respuesta a las necesidades de ellos, y para las que no tenemos, busquémoslas juntos.
Señor, gracias por la vida de mi hijo (a), y gracias por dejarme vivir junto a él esta etapa tan importante, sabemos que no tenemos soluciones para todo lo que esta pasando ni para lo que vendrá, pero tú si las tienes, por eso te pedimos tu dirección para que mi hijo(a), pueda crecer en sabiduría, estatura y gracia para tí y para los que le rodean. Enséñanos a ser el padre que tú eres y enséñanos a amarlos, como tú nos amas. Los ponemos en tus manos y quedamos en tus manos también para que tú nos guies en todo.

Gracias Señor.

Amén.

POR: Andrea Carrillo de Contreras.

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viernes, 19 de marzo de 2010

UN MENSAJE PARA MI HIJO "Poema"





UN MENSAJE PARA MI HIJO


Puedo darte una vida, pero no puedo vivirla por ti.
Puedo darte instrucciones, pero no puedo conducirte a donde tu quieras ir.


Puedo darte libertad, pero no puedo contar con que la conserves.
Puedo enseñarte la diferencia entre el bien y el mal, pero no puedo decidir por ti.


Puedo darte consejos, pero no puedo aceptarlos por ti.
Puedo darte amor, pero no puedo forzarte a recibirlo.


Puedo enseñarte a compartir, pero no puedo evitar que seas egoísta.
Puedo enseñarte a respetar, pero no puedo forzarte a ser digno.


Puedo aconsejarte acerca de tus amigos, pero no puedo escogerlos por ti.
Puedo enseñarte todo lo que hay que saber acerca del sexo,
Pero no puedo hacerte actuar responsablemente.


Puedo hablarte acerca de la bebida, pero no puedo decir “no” o “solo una” por ti.
Puedo advertirte acerca de las drogas, pero no puedo prevenir que la uses.


Puedo hablarte de metas importantes, pero no puedo alcanzarlas por ti.
Puedo enseñarte lo que es la bondad, pero no puedo forzarte a ser generoso.


Puedo rezar por ti, pero no puedo hacer que camines con Dios.
Puedo hablarte de cómo vivir, pero no puedo darte vida eterna.


Al final de cuentas: cada uno decide por si mismo y como va a llevar su vida.
Te quiero, te acepto y espero con todo ml corazón que decidas lo mejor.


Patrick Atkinson © 1978, 2003
Para conseguir copias, comuníquese a:
Director@GodsChild.org

Fuente:http://godschild.org/educationmaterial/messageformychild.html?gclid=COHWjoO2qqACFclg2godyGINaQ
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lunes, 8 de marzo de 2010

“Instruye el niño en su camino...."

MALAS ELECCIONES

“Instruye el niño en su camino, y cuando fuere viejo, no se apartaré de él”
(Prov. 22:6).

Una amiga adoptó un gato que encontró en la calle. Lo llevó a su casa donde le daba de comer todo lo que quería, cama propia, calefacción, atención médica, y mucho cariño. Un día lo llevó a donde lo había encontrado y lo soltó con la opción de volver a la calle o quedarse en casa. Escogió la calle. Hacía frío, llovía, no había comida, pero prefería estar mojado y pasar frío y hambre que estar encerrado en una casa. Es una mala elección: corre el peligro de perros, coches, enfermedades, y muerte de hambre, pero está libre, y eso es lo que quiere, libre para su propia destrucción, porque no vivirá mucho tiempo así. ¿Qué podemos hacer? ¿Capturarle y tener preso, siempre junto a la puerta maullando desesperadamente, intentando escaparse cada vez que se abre la puerta? ¿Cómo podemos convencerle que vivirá más años si se queda en casa? Lo que quiere es la libertad del momento.

Es como nuestros hijos. ¿Cómo les podemos hacer entender que mejor la casa que no la libertad peligrosa de la calle? En el caso del joven, lo que le mantiene en casa es la obediencia, de su parte, y la disciplina, de parte de los padres. En el caso de uno más mayor que ha salido del mundo, lo que le mantiene en la iglesia es la sabiduría. Ya ha visto como es el mundo Ve sus peligros. Comprende a qué conduce. Ha sufrido en el mundo y ya no lo quiere.

El peor peligro es para el joven que ha estado en un hogar cristiano con poca disciplina. No ha aprendido a obedecer a ciegas. No comprende el peligro del mundo, solo siente su atracción. No tiene sabiduría. ¿Qué puede hacer el padre a estas alturas? Solo dos cosas: (1) Arrepentirse de sus fallos del pasado; (2) Pedir a Dios que le discipline a su hijo y que le vuelva a casa. Tendrá que esperar en la misericordia del Señor que actuará a su tiempo, porque Dios es fiel. “Esforzaos todo vosotros los que esperáis en Jehová. Y tome aliente vuestro corazón” (Sal. 31:24).

Si el hijo es aún pequeño, necesita dos tiempos de disciplina: (1) La constante; (2) La puntual. La constante es día a día. La puntual es confrontarle en un momento dado, cuando te enteras que ha hecho algo malo. Conversar con él sobre ello. Mostrar tu amor y preocupación. Darle un castigo para que aprenda.

“Aquí está la paciencia y la fe de los santos” (Ap. 10:13).
Fuente : Nellys C.

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martes, 2 de marzo de 2010

La Honestidad Ya no es importante?


Se cuenta que allá para el año 250 A.C., en un Reino lejano, un Príncipe de la región norte del país estaba por ser coronado Rey, pero de acuerdo con la ley, él debía casarse. Sabiendo esto, él decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su propuesta. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío.
Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe, pero pensaba que su hija no estaría a la altura del desafío. Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber que ella quería ir a la celebración.
Sin poder creerlo le preguntó: "¿Hija mía, qué vas a hacer allá?
Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza, sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura".
Y la hija respondió: "No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Todo parece indicar que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca de mi amado Príncipe. Esto me hará feliz"
Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las más determinadas intenciones. Entonces, finalmente, el Príncipe anunció el desafío: "Daré a cada una de ustedes una semilla, aquella que me traiga la flor más bella dentro de seis meses, será escogida por mí, esposa y futura Reina".
La propuesta del Príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, además de las costumbres, amistades, relaciones, etc.
El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, pero cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado.
Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor era más profundo. Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado.
Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madre que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas sólo para estar cerca del Príncipe por unos momentos.
En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas, tamaños y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella.
Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención. Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado. Aquella bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa.
Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada. Entonces, con calma el Príncipe explicó: "Ésta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en mi Esposa y Reina: La flor de la honestidad, todas las semillas que entregué eran estériles".

Maravilloso relato, ¿no?. En tiempos donde lo importante parecen ser los resultados, los logros, el éxito, lo visible, cultivar el valor de la honestidad parece un valor perdido, el cual casi hemos olvidado, somos capaces de inventar los más variados argumentos para excusarnos, por no decir me equivoqué, para ser humildes y reconocer que otros tienen la razón, o para decir no sé acerca de esto.
Opinamos sobre todo, juzgamos a todos... La "viveza", hoy en día comparada con la habilidad, se ha convertido en un valor, encubriendo la mentira, el engaño, la falta de honestidad para con nosotros mismos y los demás. La verdad, la sinceridad, la humildad... ya no son las virtudes reconocidas en las comiquitas para niños, ni en las publicidades para adultos.

Nuestra sociedad ha confundido el significado de la palabra ÉXITO.
Si he terminado mi día siendo leal a mí mismo, sin traicionar mis creencias, mis sentimientos y apegándome a los principios expuestos por el Dios al cual digo servir, para quedar bien u obtener resultados... ése ha sido un día de éxito. Puedes hacer de este, un día exitoso... De ti depende."
1 Timoteo 2:2
Vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
1 Corintios 7:35
Esto lo digo para vuestro provecho; no para tenderos lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os acerquéis al Señor.

Gracias a http://www.renuevodeplenitud.com/cristianos/reflexiones

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jueves, 18 de febrero de 2010

Los peligros de los plaitos entre creyentes!


Los peligros de las pequeñeces de la vida
Pleitos entre creyentes

“Si alguno de ustedes tiene un pleito con otro, ¿cómo se atreve a presentar demanda ante los inconversos, en vez de acudir a los creyentes? ¿Acaso no saben que los creyentes juzgarán al mundo? Y si ustedes han de juzgar al mundo, ¿cómo no van a ser capaces de juzgar casos insignificantes? ¿No saben que aun a los ángeles los juzgaremos? ¡Cuánto más los asuntos de esta vida! Por tanto, si tienen pleitos sobre tales asuntos, ¿cómo es que nombran como jueces a los que no cuentan para nada ante la iglesia? Digo esto para que les dé vergüenza. ¿Acaso no hay entre ustedes nadie lo bastante sabio como para juzgar un pleito entre creyentes? Al contrario, un hermano demanda a otro, ¡y esto ante los incrédulos! En realidad, ya es una grave falla el solo hecho de que haya pleitos entre ustedes. ¿No sería mejor soportar la injusticia? ¿No sería mejor dejar que los defrauden? Lejos de eso, son ustedes los que defraudan y cometen injusticias, ¡y conste que se trata de sus hermanos! ¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios. 1 corintios 6:1-11


La ciudad de Corinto fue especial para su época; destruida y vuelta a fundar, tuvo como colonizadores a libertos adinerados, que en su deseo de convertirse en señores no escatimaron esfuerzo en comprar esclavos y hacer bella su metrópoli. Corinto fue una ciudad de esclavos; unos con dinero y posición, otros con amargura y envidia. La historia cuenta que una de las características mas peculiares de la ciudad era la inclinación de sus habitantes a resolver cualquier problema por la vía de los tribunales, hasta hoy se guardan registros de las peleas que los corintios sostenían por “quítame esta paja”.

En este contexto, los cristianos de Corinto sentían tensión de resolver sus diferencias por la misma vía, muchos de ellos no habían dudado en acudir a los tribunales a demandar a sus propios hermanos, por causas que iban desde la estafa hasta “el no haber sido saludados cariñosamente”.

A ellos les escribe Pablo para enseñarles verdades que tienen vigencia hoy:

Hay problemas entre los cristianos:

Algunos de nosotros hemos sentido decepción al descubrir que todo lo que brilla no es oro ¡cuántas lágrimas por las fallas de mis hermanos! Pero Jesús fue sabio al advertir a sus discípulos:. “Imposible es que no vengan tropiezos”; mas ¡ay de aquel por quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos. Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale” (Luc. 17:1-4).
Pablo aconsejó apartarse de los que originan problemas “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos” (Rom. 16:17); y tener mucha paciencia entre nosotros mismos “… soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor” (Ef. 4:2).

La iglesia no es el lugar 100% perfecto, pero es el pueblo de Dios redimido y aunque todavía mostramos las huellas de nuestra humanidad, somos -por la gracia de Dios- la gente mas maravillosa y buena de la tierra ¿sabe por qué? ¡Porque Dios esta con nosotros!

Los problemas vienen por las pequeñeces de la vida:

Los versículos. 2, 3 y 4 hablan de “cosas muy pequeñas” o “cosas de esta vida”; detrás de estas frases esta la palabra biotikoV, que se refiere directamente a los asuntos de la vida diaria (comida, bebida, vestido, vivienda, educación, relaciones sociales, etc.). Los problemas de Corinto surgieron por no saber manejar las cosas pequeñas y ordinarias.
Es interesante encontrar la causa de todas las dificultades de esta iglesia: No era la falta de dones espirituales, no era la escasez de convertidos, no era la incapacidad de los líderes, no era ninguna causa de las que podamos imaginar ¿Cuál era entonces?

biotikoV es usada en Luc. 21:34 “Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día”. Cuando las “cosas de la vida” se vuelven motivo de afán, entonces estamos frente a la semilla de un gran problema.
Los asuntos de la vida cotidiana no deberían ser motivo de preocupación (Mat. 6:25-34) Cuando le asignamos mayor importancia, se debe a que estamos mirando las cosas según la apariencia y no por fe (2 Cor. 10:7). Los asuntos de la vida cotidiana no deberían ser motivo de diferencia (”Sino para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad” 2 Cor. 8:14) Si tienen más, no eres más; si tienes menos, no eres menos.

Frente a los atropellos: SUFRE.- Frente a la situación en la Iglesia, a la realidad de hermanos que se dedicaban a fastidiar y estafar, a ofender e insultar; el consejo de Pablo va en dirección contraria a la corriente de este mundo: adikeisqe traducida como “sufre el agravio” viene a significar: Recibir maltrato pasivamente ¿Estas metido en un problema que no iniciaste? Quédate quieto, actúa como si fueras el responsable y recibe las consecuencias. Pero puedes exclamar ¡No es justo! La clave esta en no responder, sino quedarse quieto.

El Nuevo Testamento está lleno de pasajes que nos hablan de no actuar, sino asumir una actitud pasiva; por ejemplo Mat. 5:30; Rom. 12:17; 1 Tes. 4:6. Un caso bíblico es lo sucedido entre Filemón y Onésimo “Y si en algo te daño, o te debe, ponlo a mi cuenta” (vers. 18). Es claro que no debemos actuar como se nos ha tratado, hacerlo seria igual a contaminarnos de la misma injusticia.

No te piden que seas tonto, sino que cuides tu vida ¿De qué vale recibir una ofensa y ofender igualmente? La clave esta en responder sin maldad. Puedes reclamar tu derecho, para eso hay canales, pero no debes hacerlo con ira o sed de venganza “No digas: Yo me vengaré, espera a Jehová, El te salvará” (Prov. 20:22). Medita en Luc. 16:10 “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto”

Una Palabra griega más con profundo significado es apostereisqe traducida como “sufre el ser defraudado” viene a significar: Si te han robado, acepta que ya perdiste; tiene que ver con aceptar una pérdida. Podríamos pensar que es una actitud derrotista, pero la única manera de recuperar lo perdido es asumiendo que ya se fue y, que debemos volver a luchar.

En aquella época, a diferencia de la actualidad, no había el derecho a reclamar; los trabajadores debían soportar los abusos y atropellos de los ricos. Unos vivían resignadamente, otros abusivamente. Pero Dios observaba todo para entregar lo que cada uno merecía “He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos” (Santiago 5:4).

El aceptar que me han robado tiene como propósito guardar mi vida de pecado “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino. Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” Luc. 12:32-34.

Conclusión: Lamentablemente la lección fue hermosa y radical; pero los corintios no fueron obedientes, en vez de sufrir, ellos fueron causa de sufrimiento y lucha unos contra otros. El apóstol escribe “Pero vosotros cometéis el agravio y defraudáis, y esto a los hermanos” Si eres cristiano, entonces tienes la fuerza de Dios para perdonar y pedir perdón ¡Hazlo hoy! Y empieza a construir una vida digna del nombre de nuestro Dios.

Autor: Miguel A. Bardales



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lunes, 15 de febrero de 2010

Pelea Justa!

El escritor Charlie W. Shedd nos da Nuestras siete reglas oficiales para una pelea justa y limpia en el libro que escribió para su hija: Cartas a Karina:

1. Antes de empezar debemos estar de acuerdo en que es el momento adecuado.

2. Recordemos que nuestro único propósito es comprendernos mejor.

3. Revisaremos nuestras armas con frecuencia para asegurarnos de que no sean mortales.

4. Bajaremos la voz un decibel en vez de subirla dos.

5. Jamás discutiremos ni revelaremos en público las cosas privadas.

6. Analizaremos un armisticio cuando cualquiera de los dos decida decir basta.

7. Cuando lleguemos a un acuerdo, dejaremos el asunto de lado hasta que ambos acordemos que se necesita discutirlo más.

Shedd afirma: No es poca la pasión que produce un buen matrimonio el transitar el camino de las diferencias. Aprender a zigzaguear por los enredos; analizar la reacción del otro cuando está bajo presión; manejar las emociones mutuas con inteligencia; todo esto ofrece un desafío que sencillamente no se logra superar por pura diversión y entusiasmo.

Una disputa es la mayor distancia entre dos ideas.
Efesios 4:26
Si se enojan ustedes, no cometan el pecado de dar lugar al resentimiento.
¡Jamás se ponga el sol sobre su enojo!


By http://www.renuevodeplenitud.com/cristianos/reflexiones

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miércoles, 3 de febrero de 2010

Sera que algo malo puede convertirse en bueno?

Mi hijo había pasado el día conmigo en el trabajo. Lo pasamos de maravilla, y hasta dimos un recorrido por los túneles "encantados" que hay debajo del viejo hospital donde trabajo. Después hubo pastel y helado para los niños de los trabajadores. Todo iba muy bien hasta que cometí un serio error.

Tengo un compañero de trabajo que, aunque es una buena persona, tiene valores para la crianza de sus hijos, diferentes a los míos. Temprano en el día, tuve que pedirle a su hija (de la edad de mi hijo) que no terminara de contar un chiste vulgar. A lo largo del día pudimos evitar situaciones incómodas como esas. Pero, cuando se acercaba el final de la tarde, mi colega y sus hijos se pusieron a ver un video en la Internet de un comediante que ven con frecuencia en su casa. Mi hijo y yo mirábamos la pantalla cuando el humorista contaba chistes que, sin duda, no eran apropiados para un niño de nueve años. La peor parte fue que yo me reí de los chistes, antes de caer en cuenta de lo que estaba sucediendo. Un sentimiento de vergüenza se apoderó de mí al imaginar lo decepcionado que debía sentirse mi hijo.

Había esperado demasiado tiempo para ponerle fin a la situación, y hasta di la impresión de que me parecía bien aquello de lo cual nos estábamos riendo. Tuve esa sensación de angustia que experimentamos cuando nuestros hijos nos están viendo hacer algo que es exactamente lo contrario a lo que les hemos enseñado.

Ya en casa, mi hijo me dijo: "Te reías porque estabas tratando de no herir sus sentimientos". Pero lo dijo de una manera que indicaba que estaba tratando de justificar lo que yo había hecho. Esto no era lo que yo quería que él aprendiera de este incidente —que está bien no ser fiel a nuestros principios sólo para proteger los "sentimientos" de otros. Yo sabía que tenía que rectificar la situación.

Hay una parte de nosotros que quiere que nuestros hijos piensen que somos unos superhéroes. Es fácil cuando tienen cinco años de edad porque todo lo que uno hace es correcto para ellos. Yo solía decirle a mi hijo: "Todo el mundo comete errores", y su respuesta inmediata era: "pero tú no…" Me reía y trataba de explicar que, por supuesto, yo también cometía errores. En aquel entonces, él no estaba convencido de mi capacidad de errar. Me asombraba saber cómo podía alguien pensar, especialmente mi propio hijo, que yo no cometía errores. Lo que he aprendido desde entonces es que ser admirado no es la única razón para "hacer lo correcto" como padre.

Más allá de nuestra necesidad de ser respetados por nuestros hijos, hay otras razones legítimas para ser un buen ejemplo. Como padres, nos esforzamos por el consejo bíblico de "instruye al niño en su camino" (Pr 22.6), y sabemos intrínsecamente que la mejor manera de hacerlo es mediante el ejemplo. Por tanto, nos esforzamos por hacer bien las cosas, de predicar con el ejemplo, no sólo con palabras. Aunque algunas veces fallemos.

Por fortuna, tratar de hacer todo bien no es la única manera para ser un buen ejemplo. Hay otra forma: mostrándoles a nuestros hijos cómo enfrentar nuestros errores. Proverbios nos dice que el necio nunca aprende de sus errores (26.11). ¿No debemos mostrarles a nuestros hijos cómo no ser unos necios? Podemos demostrarles cómo pueden recuperarse de los inevitables fracasos que encontrarán en la vida.

El primer paso para enseñar a los hijos a aprender de nuestros errores es reconocer que hemos errado. Podemos utilizar la situación como una oportunidad para enseñar. ¿Qué ha hecho usted que estuvo mal? ¿Por qué era incorrecto? ¿De qué otra forma lo haría la próxima vez? Nuestros hijos nos necesitan para ser fuertes, pero también necesitan saber que somos lo suficientemente fuertes como para reconocer cuando nos equivocamos. ¿No esperamos nosotros lo mismo de ellos? Además, ¿qué niño quiere estar a la altura de la imagen (falsa) de un padre perfecto?

Mi conversación con mi hijo sobre el incidente en el trabajo terminó mejor de lo que yo esperaba. Le dije: "No, lo que hice estuvo mal. Fue mi culpa. Cometí un error".

Una vez que reconocí que había actuado mal, la conversación se hizo más fácil. El peso de tratar de ser perfecto a sus ojos se me hizo liviano, y pudimos hablar sobre cómo manejar situaciones como estas cuando se le presenten en la vida.

Al final, terminé con una sensación de triunfo, ya que Dios me ayudó a convertir el fracaso en éxito. Mi hijo resumió perfectamente lo que había sucedido:

"De acuerdo, papá. Nadie es perfecto".
Por Richard VanCleave
Ayudar a nuestros hijos a aprender de nuestros errores

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Esta usted Seguro que ira al cielo a estar con Dios ?

Si Dios preguntara , Por que debo dejarte entrar en mi Cielo??
Si uste no esta seguro de la respuesta o tiene dudas por favor siga leyendo; esta puede ser la mejor inversion de tiempo o la mas importante de su vida!.

Como podemos estar seguro que iremos al cielo ??
La Biblia dice que debemos saber algunas cosas primero antes de estar seguro de eso.

En Juan 5:13 dice Estas cosas las he escrito para que sepais que teneis vida eterna. Primeramente el Cielo , la vida eterna es un regalo . Dios dice en su palabra que La dadiva o regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesus Romanos 6:23 Si un Regalo y como todo regalo no se puede ganar , por lo tanto ningun esfuerzo personal ninguna buena obra ninguna actividad religiosa de Ud haga le conseguira un lugar en el CIELO.

Efesios dice Porque por Gracias sois salvo por medio de la fe no por obras para que Nadie se Glorie.
Porque nadie puede ganar el cielo por sus propios meritos? Por que todos pecamos y estamos destituidos de la Gloria de Dios. Romanos 3:23. El Pecar es transgresion a la Ley de Dios , incluye cosas como la mentira , la hipocresia , los malos pensamientos , las pasiones desordenadas , robar , etc. Y por causa de esto No puedes salvarte a ti mismo . Si Ud . esta deseando salvarse por su buena conducta , por que talvez dice no he hecho nada malo !! entonces sabe cuando bueno tiene que ser? La Biblia dice que tendra que ser perfecto y la Biblia dice : Sed pues perfecto como mi padre que esta en los cielos es perfecto. Mateo 5:48 Porque cualquiera que guarde toda la ley pero ofendiere en un punto se hace culpable de todos. Santiago 2:10

Con un estandar tan alto nadie podra salvarse. Pero sin embargo a pesar de nuestros pecados Dios es misericordioso Y ha enviado a su unico Hijo Jesus a morir en la cruz a derramar su sangre para quitar el pecado del mundo. Dios es Justo y necesita castigar el pecado de la humanidad la Biblia dice que la paga del pecado es muerte pero tambien dice que el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesus , Mas a todos lo que en el cree no se perderan y tendran vida eterna , pero necesitas creer en que Dios ha enviado a este mundo a su unico hijo a morir en la cruz para darnos la salvacion , sin poner mas ya Dios lo ha hecho todo. Solo necesitas confiarte tener fe en que Dios te ha dado ese regalo aceptarlo y seras salvo. Si esta es tu decision , te felicito porque es la mas importante de tu vida .
Si tienes dudas preguntas , escribe trataremos de ayudarte.


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